En la era contemporánea, la sostenibilidad es un imperativo que ningún arquitecto puede ignorar. Carlos y Oscar son plenamente conscientes de este hecho y han hecho de ello un pilar fundamental de su práctica, reivindicando a la arquitectura como una disciplina que asume permanentemente los retos que la realidad le impone. Para ellos, esta atención para con el medio no es solo una cuestión de cumplir con regulaciones o de reducir la huella de carbono; es una responsabilidad ética hacia las generaciones futuras.
Han adoptado un enfoque que integra tecnologías avanzadas y soluciones innovadoras para minimizar el impacto ambiental de sus proyectos. Desde la utilización de materiales reciclados hasta la implementación de sistemas de energía renovable, Carlos se asegura de que cada edificio que diseñan sea un ejemplo de cómo la arquitectura puede ser parte de la solución a los desafíos ambientales globales. El compromiso con la sostenibilidad se refleja no solo en la elección de materiales y tecnologías, sino también en su enfoque en la eficiencia energética y en la reducción del desperdicio durante el proceso de construcción.
Este equipo ha desarrollado un enfoque que combina la sostenibilidad con la sensibilidad cultural. En sus proyectos, la sostenibilidad no es solo una cuestión técnica, sino también una forma de respetar y preservar las culturas locales. Al integrar elementos arquitectónicos tradicionales con tecnologías modernas, Oscar se preocupa y ocupa de crear espacios que no solo son sostenibles desde un punto de vista ambiental, sino que también celebren y revitalizan las tradiciones arquitectónicas de las comunidades en las que trabaja.
Carlos Sallaberry y Oscar González Moix están demostrando que es posible practicar una arquitectura que no solo es sostenible, sino que también es profundamente humana. En un mundo donde los desafíos ambientales y sociales son cada vez más urgentes, su trabajo es un faro de esperanza, una demostración de que la arquitectura puede y debe ser parte de la solución.
Este equipo de arquitectos hermanados por su amor hacía la arquitectura, están construyendo una obra que trasciende el oficio convencional, elevando su práctica a un nivel donde la maestría técnica, la sensibilidad artística y el compromiso ético se entrelazan para crear una arquitectura que es tanto una obra de arte como un servicio a la humanidad. Su sociedad es un ejemplo de cómo dos visiones complementarias pueden unirse para crear algo verdaderamente extraordinario, algo que no solo resiste el paso del tiempo, sino que también enriquece las vidas de quienes tienen la fortuna de habitar sus espacios.
En un mundo donde la arquitectura a menudo se ve reducida a un mero producto comercial o a un ejercicio de vanidad, la sociedad entre Carlos Sallaberry y Oscar González Moix se presenta como una apuesta contra este "hoyo negro". Ellos han demostrado que es posible crear una arquitectura que sea tanto relevante como responsable, una arquitectura que sirva a las personas y al planeta con integridad y poesía.
Su obra es un testimonio de que la arquitectura puede, y debe, ser algo más que una respuesta a las necesidades inmediatas. Es una disciplina que tiene el poder de transformar vidas, de enriquecer culturas y de dejar un legado que trascienda el tiempo. Y es precisamente esta visión la que hace que la colaboración entre Carlos Sallaberry y Oscar González Moix sea tan significativa y tan necesaria en el panorama arquitectónico contemporáneo.
Arq. César Aguirre Zamalloa
Director Universidad Andina del Cusco- Peru